Me gustaría decir que nadie vive a salvo de sus derrotas y que a veces es mejor perder la batalla por aquello que realmente queremos, que ser derrotado sin ni siquiera saber por qué se está luchando...Cuantas veces hemos optado por el camino fácil, ya sea por fuerzas o por comodidad, olvidándonos de lo que realmente cuenta: quien no arriesga, no gana. No esperes a ese 31 de diciembre para perjurar una vez más que todo cambiará, porque sabes que no es así. Nos desvivimos y nos desgastamos, posponemos y retrasamos...Y sobre todo, olvidamos.
Existen tres cosas que nunca regresan: el tiempo, las palabras y las oportunidades... El tiempo tiene muchos usos, incluso más de los que podríamos imaginar...Uno de ellos es el de enseñarnos que después de tantas decepciones, lo mejor es saber decir adiós a todo lo malo y dar la bienvenida a todo lo bueno que nos ofrece la vida...El tiempo te enseña a perdonar, a querer, a vivir la vida de diferentes maneras...Todo pasa en su justa medida. El tiempo no cura ni perdona, nos enseña a encontrar siempre la parte buena de las cosas y seguir adelante, nunca hacia atrás...El tiempo en sí no vale nada, lo que realmente cuenta no es para qué, sino el por qué.
Hoy en día no debería decir esto pero...todavía sigo creyendo en las palabras. Porque no existe nada más sincero que un 'te quiero' dicho por la persona indicada en el momento indicado...Una palabra, una simple palabra, puede desarmarnos por completo. Puedo asegurar que aún siento escalofríos cada vez que escucho ciertas palabras, porque me hacen recordar situaciones que marcaron mi vida, y que a día de hoy, van dando forma a lo que soy.
No sabría decir a día de hoy quién es valiente.Tantas despedidas forzadas, tantas lágrimas reprimidas, tantas ilusiones que se quedaron en eso, simples ilusiones...¿Y todo por qué? Por miedo. A veces siento que vivo a través de un cristal y que por más y más que grito nadie puede escucharme... Este yo interior, aquel que se encarga de recordarnos día a día las oportunidades que estamos dejando escapar, ese al que no queremos escuchar, por miedo a que nos recuerde una y otra vez todo aquello por lo que lloramos al ir a dormir, por lo que sabes que quieres y no eres capaz de hacer por miedo a lo que piensen, a lo que digan, ya no por tí...si no por los demás. Me encantaría ser como esas personas que luchan y luchan por sus sueños hasta que estos se apoderan de la propia realidad...No desees y sobre todo cuida lo que tienes, porque el día de mañana aquello que ves, a lo mejor se convierte en una simple imaginación...Porque no existe nada más maravilloso en este mundo que arriesgarse y que todo salga bien.
Creo que el problema radica en que no somos conscientes de lo que he descrito anteriormente...Tenemos el tiempo suficiente, las palabras necesarias..y sobre todo, la oportunidad de conseguirlo. Entonces...¿Porque seguir sufriendo? ¿Acaso no queremos ser felices?....La felicidad no es algo exterior, por lo que no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos.
REFLEXIONES DE UN DESPERTAR.
Comentarios
Publicar un comentario